miércoles, 24 de octubre de 2012

La versión de Independencia de un americano

A propósito del momento político que vive Catalunya y la exaltación nacional que invita sin equívocos a pensar en la independencia escuche unas palabras que llamaron mi atención. Decía Xavier Bosch, Director General de Inmigración del Gobierno de la Generalitat
“Es importante que (los inmigrantes) se sientan socios fundadores de un nuevo estado de Europa...” 

La verdad tan loable invitación me conmovió, eran sin duda unas palabras sinceras que nos ponían a las puertas de un gran acontecimiento histórico. Que curioso, pensé, no viví la independencia con Bolívar pero si vendré a verla y a vivirla con Artur Mas...

La emoción y el orgullo inicial por tal acontecimiento se opaco cuando vino otra reflexión: “bueno, si hubiese sido tan buena esa otra independencia estaría allá y no acá....” fue ahí donde el entusiasmo se fue convirtiendo en incredulidad y finalmente en desconfianza. Aquí hay algo que no cuadra, volví y pensé.

La cuestión es que a los americanos ya nos tentaron con la misma invitación de fundar estados libres años atrás y los resultados fueron francamente nefastos. De nuestros estados independientes, cada uno con su hermosa “banderita”, hemos tenido que salir como dicen por aquí “cagando leches”. A parte de toda la parafernalia simbólica (himnos, escudos, banderas, ejércitos y el resto de artilugios patrioteros) los nuevos estados fueron realmente las maquinas de hacer fortunas para las burguesías nacionales criollas, convirtiendo a las jóvenes repúblicas en un compendio de expolio, explotación y corrupción. De hecho al día de hoy muchas aún lo son. 

Sé que las comparaciones suelen ser despiadadas. Sin embargo hay tantas coincidencias  entre esa independencia conquistada y ésta que se encuentra en gestación que la idea de que se repita la historia me espanta.

Lo peor que le pasó a latinoamerica, en muchos casos peor incluso que haberse mantenido bajo el yugo español, fue haber caído en las manos de las oligarquías autóctonas. En efecto, no fueron las clases populares que siguieron a Bolivar o a San Martin (campesinos, indígenas y esclavos negros insumisos) quienes tomaron el gobierno de su propio destino. Fueron, por el contrario, los terratenientes, la rancia burguesía nacional la que capitalizó la independencia, creando banderas y dividiendo territorios. Continuaron con el expolio pero a la americana.

En conclusión para América Latina la independencia de España sólo trajo consigo un cambio de banderas, de virreyes por patrones que perpetuaron el modelo de explotación colonial. Sólo ahora con la paulatina llega de un bloque de poder progresistas y popular estamos hablando de una segunda y verdadera independencia en América Latina.

En Catalunya esta pasando lo mismo, una cosa es el clamor popular de la gente que se ha sentido menospreciada en el Estado Español y otra muy distinta quienes pretenden capitalizarla. El debate al que se pretende reducir el tema de la independencia de Catalunya gira en torno a un cambio de bandera y no a un cambio de modelo. Daré un ejemplo de ello en el ámbito de la inmigración.

Algún inmigrante podrá deducir que esa invitación a fundar un nuevo estado significará para una persona extranjera más derechos, el reconocimiento de su plena ciudadanía, un estatus social que le permita ser algo más que un individuo de tercera. Muy ingenuo el que lo piense (casi como aquellos deslumbrados por los espejitos y baratijas con las que llegó Colón a América).

El Partido del Sr. Xavier Bosch (CiU), fue el mismo que votó con el PP y el PSOE la reforma a la Ley de Extranjería o la Ley de Asilo que recortaron derechos fundamentales; fue un alcalde de CiU el que abrió la veda de la xenofobia en Vic y que se extendió por toda Catalunya; fue su vocero en el Congreso de los Diputados el que alerto a la ciudadanía sobre el problema que suponía para Catalunya el nacimiento de demasiados “Mohameds”... En consecuencia ese Partido que nos invita a fundar un nuevo Estado ha sido el mismo que con su voto en Madrid ha contribuido a excluirnos social y políticamente. 

Con su historial plagado de despropósitos, desde su herencia del catalanismo conservador que se acomodó hábilmente en todo el periodo franquista, me temo que su idea de integración en el nuevo Estado Catalán que proponen pasa más por la servidumbre que por el mestizaje.

Por eso mismo me parece más lógico promover el debate en otra vía ligada al derecho a decidir, pero no sólo decidir sobre una bandera, sino ir al fondo y decidir sobre el modelo de Estado. Preguntarse si queremos un Estado con una banca pública, con una educación y sanidad pública y de calidad, con una vivienda digna; un Estado donde paguen más quienes más tienen, un estado con trasparencia donde a las personas migradas se nos reconozca la plena ciudadanía y donde el racismo y la xenofobia sean comportamientos social y jurídicamente perseguidos...

Asi las cosas no creo que ese debate lo fomente quien ha promovido justamente lo contrario desde el gobierno de la Generalitat....en consecuencia a la amable invitación de CiU le diré como reza el viejo adagio popular: “Señores a otro perro con ese hueso...”

2 comentarios:

  1. Hombre, las circumstancias històricas son radicalmente diferentes. No se invita desde fuera, se pide desde dentro. Esto és muy importante, porqué la sociedad catalana ha evolucionado hacia este punto en el que estamos ahora no desde los partidos políticos, sinó desde el associacionismo y desde la calle.
    Además, ni Catalunya es CiU ni el govern d'Artur Mas ha promovido el independentismo ni lo llevarà a cabo. Si quieres analizar el auge del independentismo creo que te equivocas mirando hacia CiU.

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  2. Son comprensibles las razones que llevan a los catalanes a reclamar el derecho a decidir sobre su autodeterminación. Pero, teniendo en cuenta las actuales circunstancias de agresión a las clases trabajadoras y de desmantelamiento del Estado de bienestar, y suponiendo que un ciudadano progresista de Cataluña no es tan ingenuo como para creer que la independencia es la solución a ese problema, ¿no les parece que un voto "prestado" y plebiscitario a CIU, y un cheque en blanco a Mas para otros 4 años de recortes, es un precio demasiado alto?

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