viernes, 2 de noviembre de 2012

Catalunya y los lastres de sus nuevos exilios….


A propósito de la campaña de PxC con su perorata de “primero los de casa” recordé que hace unos días caminando por las calles de Buenos Aires encontré a un joven catalán repartiendo flayers en una esquina de la mítica calle Corrientes. Al percatarme de su acento me le acerqué y nos pusimos a charlar, me confirmó que no era el único, “hay unos cuantos currantes en el gremio” me afirmó mientras repartía propaganda a los viandantes.
Indagando a partir de ese encuentro he sabido de escenas similares en Brasil y Colombia por no hablar de Inglaterra o Alemania. Y no me refiero a turistas holgados ni a personajes exitosos de “españoles por el mundo”. Me refiero a emigración económica pura y dura, a gente común y corriente que se va en busca de un futuro mejor, gente que malvive y que se busca la vida en un medio desconocido y algunas veces hostil. No son casos aislados, ahora es habitual que en varios países latinoamericanos te digan: “…españoles aquí? Un montón… ”.  
En efecto, Catalunya vive un nuevo exilio, miles de personas particularmente jóvenes se ven avocados a un destierro económico por la falta de oportunidades.  Se van con sus maletas llenas de expectativas, pero también de frustraciones, a probar suerte lejos de lo que parecía su mundo perfecto.
En ese contexto me pregunto: la sociedad catalana esta dispuesta a tolerar aquel discurso arrogante y facineroso de “primero los de casa”, cuando “los de casa” están rodando por el mundo sujetos en gran medida a la generosidad de un país de acogida?.
La experiencia en propias carnes del fenómeno migratorio debería provocar en la sociedad todo lo contrario a esa tesis, algo más de humildad, una visión más amplia de lo que es la solidaridad y el relativismo del origen en relación a la ciudadanía.
La realidad es inequívoca, si bien la cuestión de subalternidad sigue siendo vigente, es decir, ciudadanos de primera y de segunda clase (aunque sabemos que hay de tercera y de cuarta). La única modificación que veo realmente es que a esas clases subalternas periféricas se ha incorporado un sector de la sociedad catalana/española bajo su condición de inmigrante.
No hay espacio para suspicacias, los indicadores socioeconómicos aclaran las dudas sobre los verdaderos culpables del éxodo y de la gran estafa que se ha producido en Catalunya y en España. No son los inmigrantes que vinieron a trabajar los que generaron el paro, ni han sido los que han promovido los recortes sociales, ni quienes han llevado a cabo los expolios de las arcas públicas y el fraude fiscal. Por el contrario, han sido, hemos sido motor de progreso, mano de obra, base y sustento del sistema pensional entre otros elementos que han engrandecido éste país.
Lo digo porque estoy seguro que los catalanes que están afuera serán parte del progreso de los países que los acogen y espero que se les sea reconocido, de lo contrario nosotros seremos los primeros que saldremos en su defensa, al fin de cuentas la cuestión no es de origen sino de pertenencia de clase…una vez más la realidad lo corrobora.

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