miércoles, 29 de enero de 2014

Cuanto Da y Cuanto Recibe la Migración Colombiana




Dice el Banco de la República que el promedio de envío por cada colombiano es de 349 dolares al mes. Son cifras que con las fluctuaciones económicas generan un promedio de 3.900 millones de dólares al año. Eso significa que ese grupo heterogéneo, desconocido, despatriado, capitalista, enajenado e incluso  españolizado (para aquellos que vivimos en la Península y se nos ha pegado el “hostia”, “joder”, “que fuerte tio…” etc.) aportamos a la economía del país entre el 3 y el 4 % del PIB. Si, ni más ni menos. Nuestras remesas sólo son superadas por el petróleo y el carbón, y seguramente el narcotráfico pero de eso, aunque también engorde el PIB, no viene a cuento en éste caso. A este dato hay que añadir uno más, el Gobierno de Uribe creó un impuesto llamado “Impuesto Transitorio a las Transacciones Financieras”, eso que vulgarmente llamamos el “4 x mil” y que es aplicado a las remesas. Durante los gobiernos de Uribe con ese impuesto estuvimos financiando su “Política de Seguridad Democrática”, es decir, la guerra.
El impuesto se prorrogó en el gobierno de Santos.  El cálculo es que por cada dólar se retienen 11 pesos. Un cálculo rápido nos arroja una cifra reveladora: 49 mil millones de pesos al año es lo que el Estado recauda directamente por el trabajo de los colombianos y colombianas residentes en el exterior.
La función del Estado fundamentalmente es redistribuir la riqueza a través de la prestación de servicios, en ese orden de ideas lo más lógico es que quienes estamos en el exterior estuviéramos beneficiados de servicios sociales muy amplios dada la cantidad de divisas que generamos.
Pues tal parece que no. Sólo hasta el 2011 se redactó una ley para crear el Sistema Nacional de Migración que al ser la primera iniciativa de éste tipo resulta arcaica en comparación con políticas públicas de países como Ecuador o Bolivia. De hecho aún hoy para repatriar el cadáver de una ciudadana/o colombiano se recurre a la recolecta y la venta de empanadas porque los consulados normalmente no disponen de “partidas” presupuestarias para esas calamidades. Nada que decir de la representación legal, el acompañamiento psicosocial, la prevención e intervención en casos de violencia de género etc.. La lista de abandonos es larga a pesar de que somos el colectivo que más dinero aporta a la economía del país.
Esta situación es reversible, está claro. A partir de la legislatura del 2014 y durante los próximos cuatro años el Estado debe destinar esos 49 mil millones de pesos anuales a programas dirigidos a la diáspora colombiana. No es un favor, es una reparación económica por todos los aportes que hemos realizado. Por cierto, el anteproyecto ya lo tenemos avanzado, el dinero está, sólo hay que destinarlo a lo que por justicia debe ser, ahora sólo nos falta ganar las elecciones, en ese estamos.


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