martes, 7 de enero de 2014

Votar en el exterior, un privilegio disfrazado de derecho

Maria Victoria vive en Málaga, trabaja de interna en el servicio doméstico. A pesar de que su vida extra-laboral se reduce al domingo es una persona muy activa en las redes sociales, desde las noticias de su país hasta la crianza de sus hijos que viven en Manizales lo hace a través de internet. Esa es la realidad de miles de mujeres y hombres que viven fuera de Colombia.

Sin embargo es una realidad ajena al gobierno colombiano que, ignorante de las limitaciones geográficas, laborales y económicas de los colombianos y colombianas residentes en el exterior, determinó un sistema de inscripción de cédulas anticuado, costoso e incompatible con la vida real de esa “colombianidad”.

Si Maria Victoria quiere ejercer su derecho debe pedir un permiso de trabajo, desplazarse, si cuenta con los recursos para el transporte hasta Sevilla, inscribir su cédula y luego repetir el ejercicio para votar en la primera semana de marzo. Es la misma situación en Estados Unidos, Venezuela, Inglaterra etc.

La cuestión de fondo es que el derecho a votar se convierte en un privilegio en la medida en que no basta con tener la consciencia de ejercer la ciudadanía activa, a parte se debe contar con tiempo y recursos económicos para ejercerla, en ese momento deja de ser un derecho universal.

En el caso de la migración colombiana lo que si se ha universalizado es el derecho a enviar remesas. El gobierno se ha aplicado a fondo para facilitar los envíos de dinero y garantizar la recaudación del 4 x mil. Es la evidencia de un Estado que interpreta la migración colombiana en clave económica y no como verdaderos sujetos de derecho.

El problema no es de medios, el problema es de voluntad política. Los sistemas informáticos de empadronamiento y el voto electrónico son herramientas testadas y homologadas por organismos internacionales  y utilizadas habitualmente en procesos electorales en todo el mundo, prueba de ello son los sistemas utilizados en Estados Unidos o Venezuela. Superado el argumento técnico quedan pocas razones para que el gobierno no haya implementado ya un sistema electrónico de votación.

Sólo encuentro dos opciones, o por negligencia y desinterés en relación a más de 4.5 millones de personas que vivimos fuera, o por miedo a que la expresión popular de toda esta gente descontenta rompa el modelo clientelar montado desde Embajadas y Consulados, el miedo a que la gente se empodere y transforme.

En cualquier caso para nosotros será un tema prioritario en el periodo legislativo de 2014 la elaboración del marco jurídico-técnico que obligue al Estado a implementar un sistema electrónico que garantice el derecho al voto a los colombianos y colombianas en el exterior sin que suponga trastornos para su vida cotidiana.
Por el momento sepamos quienes votemos en las elecciones del 09 de marzo que somos unos privilegiados al poder ejercer lo que debería ser un derecho tangible en democracia, el derecho a decidir.

Juan Carlos Villamizar Alarcón
Candidato a Cámara de Representantes por Colombianos y Colombianas en el Exterior
401 UP #RenaceLaEsperanza

3 comentarios:

  1. ¿Negligencia? Es una causa posible, pero...

    Buen artículo.

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  2. En Irlanda hay que ir a Londres!!!??!?!?! Ojalá y sea posible cambiar esta situación entre la apatía que han creado los mismos políticos y gobernantes, y las pocas "facilidades" para ejercer nuestros derechos, así estamos como estamos!

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  3. Tambien tiene que ver la cultura del apoliticismo e ignorancia acerca de los derechos civiles y la importancia de ejercerlos, como sera que hasta el derecho a la privacidad se le olvida a la gente y lo cede gratuitamente en redes sociales.

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